En este proyecto, los promotores de salud reciben capacitación como consejeros de lactancia materna para brindar educación, asistencia y apoyo a las mujeres embarazadas y las nuevas madres en las comunidades latinas e hispanas. Los promotores de salud están capacitados como Consejeros de Lactancia Materna para brindar sesiones educativas individuales y grupales personalizadas para las mujeres embarazadas y las nuevas madres. La educación ayuda a disipar algunos conceptos culturales erróneos comunes, como la idea de que mezclar fórmula y leche materna proporciona el mayor valor nutricional (comúnmente conocido como “las dos cosas” en las comunidades de habla hispana). Estas sesiones también incluyeron estrategias que las madres podrían utilizar, como el bombeo, para seguir proporcionando leche materna a sus hijos incluso si tuvieran que regresar al trabajo. Adicionalmente, los promotores de salud proporcionaron información a los padres sobre cómo podrían brindar apoyo durante el proceso de lactancia.

Este proyecto brinda apoyo para abordar los muchos desafíos que enfrentan los adultos mayores hispanos y latinos cuando intentan vivir de forma independiente. A través de la educación y las actividades que fortalecen la agilidad mental y la capacidad física, los participantes de nuestro proyecto, “Aging in Place” (Envejecimiento en el lugar) se sienten capacitados para permanecer en sus propios hogares.

En esta iniciativa, los promotores de salud se centran en la salud mental creando relaciones significativas con los participantes del programa y proporcionando conexiones sociales y apoyo. Además, los promotores de salud pueden brindar educación sobre temas de salud mental, remitir a los participantes a recursos comunitarios y ayudar a los participantes a establecer conexiones con sus compañeros a través de la educación grupal.

Uno de los mayores determinantes en la decisión de un adolescente de participar en conductas sexuales de riesgo o de utilizar anticonceptivos son las actitudes y conductas de sus compañeros. Por lo tanto, los jóvenes requieren un programa de evitación de riesgos sexuales que considere la importancia de estas relaciones. Esto se fomenta proporcionando programas en una atmósfera solo para jóvenes y utilizando un(a) promotor(a) de salud capacitado(a) en quien los participantes confíen y comprenda cómo se discuten, o no, el sexo y los comportamientos de riesgo, dentro de las familias y comunidades de los jóvenes. Los jóvenes se sentirán más cómodos participando y haciendo preguntas, por lo que les indicarán a sus compañeros que comparten preocupaciones o creencias similares.